*Y que nos vale, sino aquello que sentimos *
No invento nada en decir que el tiempo que dedicamos
a lo que tocó vivir, lo pasamos en pensar, comprobando
y observando, soñando en lo que será y otra parte en el dormir.
Sin llegar a darnos cuenta de que existe una conciencia
que anda ignorándose en sí, simplemente comparando:
que el pájaro con sus trinos
el fuego con su calor
el niño recién nacido
las flores con su color
el aire sin su presencia
y el amor sin una forma, medida ni dimensión,
logran poder emitir la suficiente expresión para comprender la vida dentro de una sinrazón.
Si algo me enseñó a escuchar de cierto, fue mi silencio.
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